EL ESPOSAMIENTO


Toda intervención en el ámbito policial se puede clasificar en función de su
riesgo potencial en tres situaciones: normal, alerta y peligro. Dentro del equipamiento que porta el policía son, sin duda, las esposas las que con más frecuencia utiliza, y un elemento de seguridad imprescindible al efectuar una detención.

El orden cronológico ante una detención con riesgo ha de ser siempre:


CONTROL > ESPOSAMIENTO > CACHEO


El esposamiento es la técnica policial encaminada a conseguir la inmovilización
de las manos de una persona mediante la utilización de unos útiles con el fin de evitar agresiones o fugas durante el traslado a una dependencia policial y/o judicial.
Existen una serie de normas de seguridad que es necesario observar siempre.
Antes de iniciar el esposamiento es necesario ejercer un control efectivo. Hasta ese momento los grilletes permanecerán en su funda.
Los grilletes deben estar dentro de la funda con la cadena, bisagra o virola hacia abajo para poder extraerlos con facilidad. Deben estar colocados en la parte de atrás del cinturón al alcance de ambas manos.
El esposamiento deberá hacerse siempre de tal forma que las manos queden a la espalda y dorso contra dorso, salvo en casos puntuales (mujer embarazada. ..)

Posiciones básicas de colocación de grilletes, posición normal y posición técnica.

NORMAL:

TECNICA:


No debe esposarse el detenido a un lugar fijo ni dejar que se espose el mismo.
Activar los seguros de las esposas una vez colocadas para evitar que el detenido se las apriete excesivamente, obligándonos a aflojársela o causándose heridas.


Una vez esposado debemos cachear.


Elementos principales: son los elementos de sujección.
Grilletes metálicos: de cadena, de virola, de bisagra, rígidos y de pulgares.
Lazos de seguridad.
Bridas de seguridad.

ELEMENTOS AUXILIARES:

Son aquellos necesarios para la realización de una intervención policial con unas mínimas garantías de protección personal.

LA VOZ: Alta y clara dejando claras sus intenciones y autoridad.

LA ACTITUD: Firme y decidida, sin ser provocativa.

LA UNIFORMIDAD: En perfecto estado, que cause respeto y sensación de autoridad.

LAS TRANSMISIONES: En funcionamiento.

LA PREPARACIÓN: Que permita solventar adecuadamente cualquier intervención.

LA INFORMACIÓN De la intervención en si debe ser lo más concreta posible antes de comenzar la misma.

EL ENTORNO: Valorando la hostilidad.

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